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“El agro es una gran salida para nuestra región”: Julio César Tobón

Aunque su registro señala a Juradó como lugar de nacimiento; Julio César Tobón Torreglosa asegura que se siente muy solaneño y aún más valluno, pues fue hasta ese corregimiento donde llegó a vivir con su familia cuando era muy pequeño y no solo se crió allí, sino que realizó sus estudios de primaria y bachillerato.


Sus lazos con esta población, van más allá de tener a muchos de sus amigos y vecinos de infancia, a su madre y que allí esté la tumba de su padre. El Valle significa para este hombre enamorado del agro, un remanso en el cual se siente en casa, y pese a no residir desde hace mucho tiempo, no solo trata de ir cada año sin falta, sino que sueña con vivir su vejez en la armonía y descanso que ahí encuentra por sobre cualquier lugar.


Su vida ahora es más agitada por sus ocupaciones y aunque su casa se encuentra en Bogotá, es en un avión donde prácticamente se mantiene, por ejemplo, viajando un día cualquiera a Valledupar en el Cesar (desde donde dio esta entrevista) y al otro día tranquilamente llegando a otro extremo del país como Florencia en el Caquetá.


No obstante su atareada vida profesional, siempre tiene a Bahía Solano y a su querido Valle en la mente y el corazón. Porque además de los gratos recuerdos que le trae su paso por la Escuela Anexa y el Colegio Agrícola, se acuerda de cómo en su tiempo libre nadaba con sus hermanos en el río Tundó y se lanzaba desde la baranda del antiguo puente sin mayores preocupaciones.


Su familia llegó a Bahía Solano, como muchos llegan a las grandes ciudades, buscando educación para sus hijos. Su papá era un paisa que se enamoró de su mamá en el Urabá y atravesando el Atrato llegaron hasta Juradó donde finalmente nació. Allí, se dedicaba al negocio maderero, pero tiempo después, vio en el Valle el lugar ideal para que Julio y sus otros hijos pudieran estudiar.


Su niñez la vivió en una finca en las afueras del pueblo, y a ese contacto con la naturaleza le atribuye su gusto por la agricultura y el campo. Se graduó con honores del colegio y tiempo después como Tecnólogo Agropecuario del Sena.

Más tarde, terminó su carrera de Administración de Empresas Agropecuarias y realizó una Maestría en Desarrollo Rural, además de varios cursos de actualización que lo han llevado hasta países como Israel, Chile o Costa Rica.


El agro, su vocación

Criarse en una finca hizo que Julio lleve esa vocación y gusto por el campo desde muy pequeño. Precisamente, al preguntársele sobre la dirección que le ha dado a su carrera, manifiesta que cree que el enfoque del agro en Colombia no es el más pertinente, pues cuando hizo su bachillerato en El Valle, “veía como la gente se convertía en veterinario para cuidar animales o agrónomo para cultivos, pero en la mitad de tantos recursos agropecuarios todo el mundo era pobre”.


Por esa razón, sus estudios han estado dirigidos al tema de agronegocios, que tiene que ver con cómo ayudar a la gente a salir de la pobreza a través del sector agropecuario. “A eso me dedico; obviamente Colombia es un país muy grande y mi aporte es un granito de arena comparado con lo que hay que hacer”, asegura.


En su trayectoria, Julio Tobón ha sido director de la Umata y secretario de Planeación de Bahía Solano; trabajó como coordinador agropecuario a nivel nacional de Corpoica y actualmente se desempeña como coordinador nacional de un proyecto piloto de inversión social de la compañía de capital mixto (ganaderos y el Estado) Vecol

De hecho, Vecol se encarga de producir y distribuir a nivel nacional y en otros países, la vacuna contra la fiebre aftosa o la rabia, entre otras. “Lo que hacemos es aportar de alguna forma a la gente, a través de los 22 proyectos pilotos que lidero; por eso, realizamos diagnósticos de enfermedades del ganado en las zonas y les damos solución por medio de los productos que elaboramos, los cuales les enseñamos a aplicar, además de que les damos pautas para ser más productivos, es un trabajo muy significativo porque es en todo el país”, explicó.


Desde sus cargos, ha intentado apoyar de cierto modo a su terruño. Por ejemplo, ayudó junto a uno de sus hermanos a gestionar con ONG internacionales, la consecución de un tractor, motosierras y guadañadoras para el Colegio Agrícola donde estudió.


Bahía Solano Al Día aprovechó para preguntarle a este administrador cómo ve el panorama de Bahía Solano frente a algunas cuestiones del desarrollo agropecuario.


BSAD: ¿Cree que el tema de la paz ayudará a que el campo sea más productivo?


JCTT: “Claro que sí. Mientras la paz signifique que la gente pueda ir a sus parcelas e invertir más dinero en carreteras, en hacer sistemas de riego que funcionen o puntos de comercialización, la paz sería un aporte importantísimo para que el sector agropecuario se desarrolle. El problema es que cada año cíclicamente la sequía mata al ganado, después a los meses las lluvias inunda todo, lo que muestra que no hay diseños estructurales para el sector agropecuario; que no hay políticas publicas claras, con manejos de aguas, etc. nos falta asistencia técnica, falta algo como lo que hacía la Umata antes, entonces hay cosas estructurales que hay que mejorar y si la paz ayuda, bienvenida sea”.


BSAD: Mencionaba que en Bahía hay mucha riqueza natural y potencial agropecuario, sin embargo vemos que la pobreza es una constante y productos que podrían producirse allá (ejemplo el plátano) son costosísimos. ¿Cuál cree que es el camino que se debe seguir?


JCTT: “En Bahía hay un tema complejo, que es que hay mucha fluctuación de dinero ilegal y muchos ya no se dedican a la agricultura. Segundo, la gente que se tradicionalmente lo hacía, ya son personas mayores y no hay un relevo generacional; por ejemplo con el plátano, se puede cultivar para autoabastecer el municipio, porque el transporte hacia afuera sería muy costoso, sin embargo, se necesitaría solo la asistencia técnica más concreta.

El enfoque que sí se puede dar es producir cosas que se puedan exportar y que sean más duraderas, por ejemplo el jengibre, que se da casi de forma silvestre en playas como Mecana y que es muy costoso en el mundo y nosotros pudiéndolo producir no lo hacemos, al igual que cultivo de heliconias, que en algún momento se habló de impulsarlo.

Yo creo que se debe hacer una reorientación agropecuaria en el municipio porque lamentablemente la agricultura no es vista como una alternativa porque no hay recursos suficientes y sí otras necesidades”.


BSAD: En cuanto al ganado bovino, Bahía es una zona libre de aftosa (de las pocas del país) qué significa esto, qué implicaciones tiene?


JCTT: “Bahía Solano es la única zona del norte del Pacífico que es libre de aftosa sin vacunación, es decir que al ganado no le da la enfermedad. Pero eso, en vez de ser una bendición, es como un castigo, porque no permiten llevar ningún tipo de animal al municipio ya que puede ser susceptible de portar el virus y contagiarlo; esto hace que los poquitos animales que hay en Bahía (alrededor de 3.000) tengan muy alta consanguinidad porque se reproducen entre ellos mismos y la calidad del ganado no sea la mejor. Entonces como no hay forma de llevar animales para mejorar el nivel de la ganadería en la región, esta declaratoria no nos beneficia en nada.


Sin embargo, pensando en eso, tuve la oportunidad de participar en la elaboración del último decreto que salió, para que se puedan tomar otras alternativas y llevar especies de ganado diferente, como se hizo alguna vez en la Vocacional del Valle, donde se hicieron pruebas con chivos.

Además, estuve el año pasado con un epidemiólogo experto en el tema, visitando el Colegio Agrícola y proponiendo un proyecto que permitiría mejorar la ganadería local sin llevar ganado vacuno, haciendo trasplantes de embriones mejorados. Vecol iba a poner los insumos para el transplante (no inseminación), Corpoica apoyaba con los expertos y los embriones, y el municipio únicamente debía aportar un veterinario que apoyara en el cuidado, pero por falta de lo último no pudimos desarrollar el proyecto, aunque la idea es retomarlo”.


BSAD: En los últimos años se ha visto una afectación importante en el paisaje de algunas zonas del municipio por la deforestación que hacen para tener ganado, ¿qué medidas deberían tomarse?


JCTT:“El tema del ganado es de todo el país, se tiene una vaca por cada 1,5 hectáreas y se está tratando de enmendar ese error con sistemas de silvopastoreo, en los cuales se combinan arboles maderables, arbustos que se comen las vacas y pastos. Esto hace que el paisaje no se afecte y la producción sea más amigable. Lo principal para cambiar la cultura de nuestra región es llevar capacitación para mostrar las bondades de estos nuevos sistemas, lo que también se aplica para productos cárnicos y desposte”.


BSAD: Finalmente… quisiéramos saber usted, como amante de esta tierra, ¿cómo se sueña a Bahía Solano?


JCTT:“Me sueño a Bahía como una región con desarrollo ecoturístico fuerte a nivel mundial, resaltando el tema de las ballenas, tortugas, la selva… ampliar el tema de agroturismo enfocado a nuestras culturas étnicas y con un manejo mucho más estable a nivel político, no tan dependiente de tantos vaivenes regionales y nacionales, así como con un tema de seguridad mucho más estable, que permita que la gente de esta región aproveche la biodiversidad”.


Información de interés:



(Este artículo fue publicado en la revista de veterinaria más importante del mundo, hace parte de una serie de 5 que sacarán: http://www.academicjournals.org/journal/JVMAH/how-to-cite-article/7A1117658657


Por su compromiso con la región, su sentido de pertenencia y sus aportes, Julio César Tobón es otro #OrgulloSolaneño


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