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CON EMOTIVO ACTO, CUPICA RECORDÓ TRAGEDIA HACE 20 AÑOS

La furia de la naturaleza, como ha ocurrido en muchos lugares del país, cambió para siempre la historia de uno de los corregimientos más prósperos de Bahía Solano: Cupica.


Por eso, para conmemorar una tragedia que no olvidarán, los habitantes de este poblado realizaron una sentida ceremonia este miércoles 6 de noviembre, en la que quisieron reconstruir la historia de Bahía Cupica, antes y después de la terrible avalancha que hace 20 años acabó con lo que conocían.

Ceremonia de conmemoración de los 20 años de la avalancha en Bahía Cupica
Ceremonia 20 años de la avalancha en Bahía Cupica

Además de productos típicos, en esta ceremonia, la comunidad expuso fotos y mensajes sobre la época de la emergencia, ocurrida en noviembre de 1999, cuando la crecida del Río Cupica provocó una avalancha que arrasó con el caserío que existía en ese momento, ubicado muy cerca al mar.


Cupica está ubicado a 54 kilómetros al norte de la cabecera municipal de Bahía Solano y no tiene acceso terrestre, por lo que el ingreso es únicamente es posible por vía marítima.


Según cuentan los mayores, existía mucho tiempo antes de que Bahía Solano fuera declarado municipio. Incluso muchos aseguran que antes de que se estableciera como colonia agrícola en el año de 1935, este poblado ya se desarrollaba como una comunidad.


Relatos hallados sobre este poblado, indican que habría sido fundada hace unos 250 años aproximadamente "por Manuel Girón y Filomena López un par de comerciantes que se ubicaron con sus familias a lo largo de las playas y los ríos de la región, creando los primeros asentamientos. Varios años más tarde otras familias como: Perea, Lozano, Ruiz y Rivera llegaron del interior del país y otros sitios aledaños como Quibdó, Bahía Solano y Medellín conformando los grupos familiares más relevantes de la zona".


Sin embargo, el agua y el lodo arrasó con todo, incluso la iglesia en la cual se resguardaban partidas de bautismo y de matrimonio que serían la prueba fiel de los años de existencia del pueblo de las naranjas, como muchos le llamaban.


Tras la avalancha, las comunidades de este corregimiento (el viejo Cupica) vivieron por varios años un proceso de reubicación traumático, que incluyó el ponerse de acuerdo sobre el que sería su nuevo hogar.



Finalmente, en el año 2002, gracias a las gestiones del sacerdote Dalmiro Metaute del clero diocesano jurisdicción: Istmina – Tadó y a su cercanía con el entonces presidente Álvaro Uribe Vélez, se logró la materialización del proyecto de reubicación de Bahía Cupica, que sería liderado por la Consejería Presidencial para la Acción Social, con una inversión superior a los $7.200 millones de pesos.


De este nuevo Cupica, ubicado en un lugar aparentemente "más seguro", muchos habitantes extrañan esa cercanía que siempre tuvieron con el mar, pues ahora este poblado, aunque en contacto a varios metros del océano, se ha desligado un poco de ese Pacífico que los arrullaba de noche y que añorarán siempre.

Imagen satelital de la bahía de Cupica- corregimiento de Bahía Solano
Imagen satelital de la bahía de Cupica

Este acto, fue liderado por un grupo de mujeres y la parroquia de ese corregimiento, con el apoyo de la emisora comunitaria Litoral Estereo, la Asociación Solaneñas con futuro, la Empresa de Energía de Bahía Solano y el hotel Bahia Cupica Lodge.


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Fotos: Cortesía Yuselly Aguilar

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